Está ganando protagonismo por su capacidad para aliviar tensiones, favorecer el descanso y fortalecer las defensas del cuerpo.
Existen muchas plantas y hierbas que tiene usos que se remontan a muchos años en el pasado y que siguen siendo valoradas debido a que demostraron, a través del tiempo, la efectividad de sus beneficios y propiedades.
En un mundo donde el estrés es casi un acompañante constante, la búsqueda de soluciones naturales para mejorar la calidad de vida es cada vez más común. Entre las opciones que destacan, una hierba milenaria está ganando protagonismo por su capacidad para aliviar tensiones, favorecer el descanso y fortalecer las defensas del cuerpo.
La poderosa hierba que ayuda a aliviar tensiones y disminuye los niveles de cortisol
Diversos estudios científicos demostraron que la ashwagandha puede disminuir significativamente los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esto se traduce en una mayor sensación de calma y equilibrio emocional. Además, al actuar sobre el sistema nervioso, esta planta ayuda a reducir los síntomas de ansiedad, como el insomnio y la irritabilidad. Según un ensayo publicado en Journal of Clinical Psychopharmacology, los participantes que consumieron extractos de ashwagandha durante ocho semanas reportaron una reducción del 44 % en sus niveles de estrés percibido. Este dato subraya su eficacia como complemento natural en el manejo de la salud mental.
El sueño reparador es fundamental para el bienestar general, y la ashwagandha también tiene mucho que ofrecer en este aspecto. Sus compuestos activos, como los withanólidos, actúan regulando los ciclos de sueño y promoviendo un descanso profundo y continuo. Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos destacó que las personas que consumieron suplementos de esta hierba experimentaron una mejora significativa en la duración y calidad de su sueño. Esto la convierte en una alternativa natural para quienes buscan dejar atrás los desvelos y despertares nocturnos.
Además, otro de los beneficios menos conocidos pero igual de importantes de la ashwagandha es su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico. Al reducir el estrés y mejorar el sueño, también optimiza las funciones inmunes, creando una barrera más eficiente contra infecciones y enfermedades. Además, investigaciones recientes han demostrado que la planta incrementa la actividad de las células asesinas naturales responsables de combatir virus y bacterias. Este efecto la posiciona como una herramienta valiosa para reforzar las defensas de manera natural.
Cuáles son sus otros grandes beneficios para la salud
La ashwagandha, conocida popularmente como bufera o ginseng indio, es una planta medicinal cuyo nombre científico es Withania somnifera, rica en alcaloides, lactonas y saponinas, que poseen propiedades calmantes, antiestrés y antiinflamatorias.
La ashwagandha posee propiedades antihiperglucemiantes, antiinflamatorias, antioxidantes, calmantes y ansiolíticas, por lo que proporciona varios beneficios para la salud según los especialistas.
- Aumenta el deseo sexual: la ashwagandha puede ayudar a aumentar el deseo sexual, ya que ayuda a regular las hormonas, promoviendo un mejor funcionamiento de los órganos reproductores, como una mejor lubricación femenina y satisfacción en el contacto íntimo.
- Aumenta la fertilidad: esta hierba puede ayudar a aumentar la fertilidad en hombres, ya que aumenta la producción de testosterona, llevando a un aumento de la cantidad y motilidad de los espermatozoides.
- Mejora la memoria: adultos que tomaron 600 mg de extracto de ashwagandha por día, durante 8 semanas, demostró que esta planta medicinal puede ayudar a mejorar la memoria, atención y velocidad de procesamiento de la información en el cerebro.
- Mejora el rendimiento muscular: puede ayudar a mejorar el rendimiento muscular durante actividades físicas, por lo que esta planta medicinal puede contribuir al aumento de la fuerza y masa muscular, además del uso de oxígeno por los músculos.
- Ayuda a controlar la glucemia: esta hierba posee sustancia en su composición, como witaferina A, con propiedades antiglucemiantes, que ayudan a controlar la glucemia debido a que estimulan a las células a utilizar la glucosa presente en la sangre.
- Previene enfermedades cardiovasculares: los alcaloides, lactonas esteroidales y los glucósidos presentes en la ashwagandha poseen acción antioxidante, que ayudan en la reducción del colesterol malo, que es responsable de formar placas de grasa en las arterias. Por ello, esta planta medicinal puede ayudar a disminuir la acumulación de grasas en los vasos sanguíneos y a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares como aterosclerosis, infarto o derrame cerebral.
- Ayuda en el tratamiento del cáncer: indicaron que la ashwagandha presenta propiedades que demostraron ser eficaces para ayudar en el tratamiento de diferentes tipos de cáncer, como de mama, páncreas, pulmón, cuello uterino y piel, por ejemplo.
Cómo incluir esta hierba a la rutina diaria
La parte normalmente utilizada de esta planta es la raíz, que se puede usar en forma de té, cápsulas o líquido, y se puede encontrar en herbolarios, tiendas de productos naturales, ciertas farmacias y mercados.
Para realizar el té de ashwagandha primero hay que colocar 1 cucharadita de raíz seca de ashwagandha en 120 ml de agua hirviendo, dejar reposar por 15 minutos, colar y tomar tibio. Se recomienda beber 1 taza por día durante un período máximo de 6 meses.
La ashwagandha es segura cuando se consume en cantidades recomendadas por el médico y durante un período máximo de 6 meses. Sin embargo, durante el tratamiento, cuando se consume con mucha frecuencia, en cantidades superiores a la recomendada o durante más de 6 meses, puede ocasionar efectos secundarios como dolor abdominal, diarrea o vómitos. No se debe utilizar en mujeres embarazadas o en período de lactancia ni por personas con enfermedades autoinmunes, como artritis reumatoide o lupus, o que presenten úlceras en el estómago.