La reunión de la mesa de juntos por el cambio del miércoles dejó una certeza: ninguno de los partidos que lo integran quieren ser responsables públicos de un default con el Fondo Monetario Internacional, por el crédito que Mauricio Macri tomó en 2018.
Las diferencias es cómo llegar a esa situación en medio de una interna del oficialismo que amenaza con naufragar el acuerdo con el organismo anunciado por Martín Guzmán. Y es ahí donde Patricia Bullrich vuelve a chocar con Elisa Carrió.
Mientras la jefa del PRO pretende forzar a Alberto Fernández a tomar la decisión por decreto si no logra unanimidad en sus bloques, Lilita propone aprobarlo igual, convertirse en la salvación del Gobierno y exponer la rebeldía de Máximo Kirchner. En la UCR hay posturas divididas, pero prevalece la idea de facilitar el acuerdo sin importar el final de la interna oficialista.
La interna del frente opositor no difiere mucho de la que hubo la semana en la que se trató el presupuesto. En el recinto, el jefe de bloque Juan López contó que intentó una abstención, un artilugio para rechazar una ley y dar quórum, que en los hechos facilita su aprobación.
El plan de la Coalición aprovechar la mayoría opositora para rechazar artículos en particular pero no las partidas. Y chocaron con la intransigencia de la UCR y el PRO. “Nos hubiéramos llevado algo más que un título”, se lamentó López. Ahora Lilita está dispuesta a correr otra vez a Bullrich hacia el centro.
Si bien ningún opositor imagina una sesión para tratar el acuerdo con el FMI y una parte del oficialismo dispuesta a votar en contra, pero hasta el momento no hay otro escenario. Quedó claro con las críticas muy duras de Máximo Kirchner a los compromisos anunciados por Martín Guzmán y las tibias gestiones en el Senado del representante ante el FMI Sergio Chodos.

Con la fracción de camporistas de cada Cámara en rebeldía, Alberto sólo tendría la ley si ayuda Juntos por el Cambio. Y cuenta con un mes para sumar los votos que le faltan en el Frente de Todos o pedir ayuda a los opositores más duros.
El martes, Bullrich le propuso derogar la ley que el propio presidente envió al Congreso y lo obliga a buscar un aval parlamentario al acuerdo que firme con el FMI. “O ellos votan todos juntos, o hay que derogar la ley que armaron. Se tienen que hacer cargo de su gobierno”, reclamó.
Propone un trámite simple: con los votos de Juntos por el Cambio, al Gobierno le sobra para tener una mayoría, sin importar lo que opinen Máximo y Cristina Kirchner.
En vez de usarla para aprobar el acuerdo con el FMI, la aplicaría para anular la ley que le exige pedir permiso en el Congreso y quedaría libre para tomar decisiones por decreto. Otro camino, más corto, es firmar un DNU para derogar esa ley y cajonearlo en la bicameral que debería tratarlo, junto a tantos otros que hay olvidados.
Si Alberto apela a un DNU, los ataques a Mauricio Macri por haber firmado un desembolso con el FMI sin debate parlamentario quedarían en el olvido. El mismo martes, respaldó esta estrategia Martín Tetaz, diputado de Evolución radical.
De todos modos, sería un arma de doble filo para presidente, porque el proyecto de presupuesto 2023 que llegará en septiembre tendrá como fuente de financiamiento los aportes del FMI y los legisladores deberán evaluarlo. No hay como evitarlo.

En la reunión de la mesa de Juntos los diputados de la Coalición Cívica Maximiliano Ferraro y López cruzaron esa idea. “No coincidimos con Patricia, nosotros vamos a definir nuestro voto según lo que diga el contenido del acuerdo. No según lo que haga La Cámpora”, sostuvo ante LPO López.
Y Lilita se puso al frente de esa moción, durante un zoom que mantuvo en un curso de su fundación Hannah Arendt junto a Mario Quintana, ex coordinador de Gabinete de Macri.
“No acordar con el Fondo significaría un dólar a 350 pesos, una imposibilidad de la industria y de mantener los trabajos. Si no se importan los insumos, si se produce un default, los números muestran el aislamiento total”, advirtió.
Los diputados de la UCR debatieron el asunto el jueves y se mostraron más cerca de coincidir con Carrió. “Lo que dijo Bullrich, no es una postura de Juntos”, se apartó Miguel Bazze, en declaraciones a Diputados TV.
Una fuente de la bancada de Mario Negri que empezó a recolectar opiniones calcula que optarán por una abstención. Pesan además las provincias gobernadas por la UCR que tomaron deuda en dólares y sufrirían una estampida inflacionaria.
Bullrich aceptaría una abstención. “Nosotros tenemos la postura que planteó Patricia, pero estamos abiertos a buscar la alternativa que sea por el bien de la Argentina”, anticipó Gerardo Milman, vicejefe del bloque PRO y cercano a la presidenta del partido.
El debate seguirá todo el mes, a la espera del texto final del memorándum entre el FMI y el Gobierno y la reacción final del kirchnerismo después de leerlo. Si continúan el rechazo, Alberto depende de Juntos por el Cambio. Y no tiene claro qué pasará.