Representantes de distintas zonas del territorio fueron invitados a participar de la reunión en Damasco con el objetivo de sentar las bases para reconstruir el país
Los nuevos gobernantes islamistas de Siria inauguraron este martes una esperada conferencia de diálogo nacional como una “rara oportunidad histórica” para reconstruir el país tras la caída del ex presidente Bashar al Assad y casi 14 años de guerra civil.
Unas 600 personas de distintas partes de Siria fueron invitadas a la reunión en Damasco, organizada por las nuevas autoridades encabezadas por el antiguo grupo insurgente islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que encabezó la ofensiva relámpago que derrocó a Al Assad a principios de diciembre.
“Así como Siria se ha liberado por sí sola, es apropiado que se construya por sí sola”, dijo el presidente interino Ahmad al-Sharaa en la conferencia.
“Lo que estamos viviendo hoy es una oportunidad histórica excepcional y rara en la que debemos aprovechar cada momento para servir los intereses de nuestro pueblo y nuestra nación y honrar los sacrificios de sus hijos”, afirmó.
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Los nuevos gobernantes del país sirio, que han prometido una transición política inclusiva desde que tomaron el poder, serán observados de cerca tanto por los sirios como por la comunidad internacional, incluidos los países que todavía están sopesando si levantar las sanciones impuestas durante el régimen autoritario de Assad.
Siria enfrenta grandes desafíos, desde reconstruir una economía y una infraestructura destruida por la guerra hasta establecer una nueva constitución y mecanismos de justicia para los acusados de crímenes de guerra.
Aunque los incidentes de venganza y castigo colectivo han sido mucho menos generalizados de lo esperado, muchos en las comunidades minoritarias de Siria –entre ellos kurdos, cristianos, drusos y miembros de la secta alauita de Asad– están preocupados por su futuro y aún no están convencidos por las promesas de los nuevos gobernantes de un gobierno inclusivo. HTS estaba anteriormente afiliado a Al Qaeda, aunque rompió vínculos y desde entonces Al Sharaa predica la coexistencia.
Los organizadores de la conferencia de Damasco dijeron que todas las comunidades de Siria estaban invitadas, pero no quedó claro de inmediato cuántos participantes de minorías se presentaron. El objetivo de la reunión es elaborar recomendaciones no vinculantes para las normas provisionales del país antes de la redacción de una nueva constitución y la formación de un nuevo gobierno.
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Los nuevos líderes islamistas de Siria también enfrentan el desafío de transformar las antiguas facciones insurgentes en un solo ejército nacional que, según ellos, debería controlar todo el territorio de Siria.
Algunos grupos armados, principalmente las Fuerzas Democráticas Sirias, respaldadas por Estados Unidos y lideradas por los kurdos, que dominan el noreste de Siria, se han negado hasta ahora a desarmar y disolver sus unidades.
Además, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo el domingo que Israel no permitirá que el nuevo ejército de Siria ni el HTS, el antiguo grupo insurgente que lideró el derrocamiento de Assad, “entren en el área al sur de Damasco”.
Después de la caída de Assad, las fuerzas israelíes se trasladaron a territorio del sur de Siria adyacente a los Altos del Golán anexados por Israel y han dejado claro que planean permanecer allí indefinidamente.
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Los nuevos gobernantes de Siria no han respondido directamente a la advertencia de Netanyahu, pero al-Sharaa dijo en la conferencia de Damasco que Siria debe “confrontar firmemente a cualquiera que quiera alterar nuestra seguridad y unidad”.
El ministro interino de Asuntos Exteriores, Asaad al-Shibani, afirmó que las nuevas autoridades de Siria “no aceptarán ninguna violación de nuestra soberanía ni de la independencia de nuestras decisiones nacionales”. También elogió los esfuerzos del nuevo gobierno por reconstruir las relaciones diplomáticas con los países árabes y occidentales y presionar para que se levanten las sanciones impuestas durante el gobierno de Asad.
(con información de AP)