En una operación militar desplegada en Durán, una de las ciudades más violentas del país, en el sector Elsa Bucaram, el Bloque de Seguridad capturó a dos sicarios de la organización criminal Chone Killers. La intervención, realizada con apoyo de inteligencia militar y la Policía Nacional, permitió la detención de los individuos, quienes posteriormente entregaron información clave que llevó a una serie de allanamientos en diferentes viviendas.
Durante estos operativos, seis ciudadanos ecuatorianos fueron identificados como miembros de los Chone Killers, además de encontrarse un arsenal de armas y sustancias sujetas a fiscalización. Entre los elementos incautados se registraron dos fusiles con sus respectivas alimentadoras, una pistola CZ con su cargador, 60 municiones calibre 5.56, siete municiones calibre 9mm y tres bloques de cocaína listos para su distribución. Además, los agentes encontraron dos ollas donde, según informes preliminares, se cocinaba cocaína para ser empaquetada y distribuida en el mercado negro del microtráfico.
El operativo también permitió la recuperación de 1.391 fundas de una sustancia verdosa, presumiblemente marihuana, así como un vehículo reportado como robado, dos motocicletas y una camioneta Toyota Hilux. Todas las evidencias fueron entregadas a la Policía Nacional para los trámites judiciales correspondientes.
Los Chone Killers, organización a la que pertenecían los detenidos, son un grupo delictivo de alta peligrosidad con presencia en varias provincias del país. La banda, que se originó como una facción de Los Choneros, se ha caracterizado por su brutalidad en el sicariato y el narcotráfico, además de mantener disputas con otras organizaciones criminales por el control de territorios estratégicos especialmente Durán, donde instruyen a nuevos gatilleros y donde controlan el paso de la droga que se envía al mercado internacional.
Las autoridades han advertido que la lucha contra estos grupos no cesará y que se mantendrán operativos en las zonas más afectadas por la violencia criminal. “Las Fuerzas Armadas no descansarán en la lucha por atacar a cada uno de los miembros de las organizaciones criminales. La paz de los ecuatorianos es nuestra prioridad”, señala el Ministerio de Defensa en el boletín oficial.
El accionar de los Chone Killers se ha intensificado en los últimos meses, en medio de pugnas con otros grupos delictivos como Los Choneros y Los Lobos. Su participación en el narcotráfico y su vínculo con redes internacionales han fortalecido su estructura, lo que ha llevado al Gobierno a desplegar operaciones de gran escala en las zonas donde tienen mayor presencia.
Durán, epicentro de esta reciente intervención, es considerado uno de los cantones con mayor índice de criminalidad en la provincia del Guayas. Está ubicado a 10 kilómetros de Guayaquil. La violencia en la zona ha escalado debido a la disputa territorial entre organizaciones criminales que buscan el control de las rutas de tráfico de drogas y armas. Los homicidios, secuestros y atentados con explosivos han aumentado, obligando a las fuerzas del orden a redoblar esfuerzos para recuperar el control.
El Bloque de Seguridad ha intensificado las intervenciones en las llamadas “zonas semaforizadas”, aquellas clasificadas como de alta peligrosidad. Estas acciones se enmarcan dentro de la estrategia del Gobierno de enfrentar a las mafias con una respuesta contundente. Sin embargo, el panorama sigue siendo complejo, pues se teme que estos grupos criminales intenten reorganizarse para retomar el control de sus operaciones ilícitas, según anunció el ministro de Defensa, Giancarlo Loffredo.
Las autoridades han señalado que estos operativos continuarán en todo el país con el fin de debilitar la estructura de las organizaciones delictivas y devolver la seguridad a la ciudadanía.
Esta acción se suma a la intervención realizada la madrugada del 25 de febrero en el sector Ciudad Perdida, en Portoviejo, donde las Fuerzas Armadas desplegaron 500 efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta para allanar viviendas vinculadas a grupos delictivos. En esa operación se hallaron explosivos, dinero en efectivo, cámaras de videovigilancia utilizadas por organizaciones criminales para alertar sobre la presencia de las fuerzas del orden, así como altares a la Santa Muerte, símbolo recurrente en los grupos de narcotraficantes.
En Ciudad Perdida, los operativos respondieron a informes de inteligencia que advertían sobre la reorganización de grupos como Los Choneros y Los Lobos, que disputan el control de la provincia de Manabí. Según el ministro de Defensa estas organizaciones estarían reabasteciéndose y planeando un incremento de la violencia en marzo, previo a la segunda vuelta electoral en abril.
