Es posible que muchos de los fanáticos de la saga Star Wars no sepan que su creador, George Lucas, se convirtió en cineasta por un dramático episodio que sufrió en su adolescencia. El director, que cumplió 80 años, tenía otros planes para su vida: soñaba con ser corredor de autos. Sin embargo el impresionante accidente que lo dejó al borde de la muerte le hizo cambiar los planes.
Nacido el 14 de mayo de 1944 en Modesto, California, como George Walton Lucas junior, desde muy pequeño se sintió atraído por los fierros y las carreras. “Siempre pensé que sería piloto”, admite el cineasta, que sigue siendo un apasionado de los autos.
George Lucas y un brutal choque que le cambió la vida
El destino tenía otros planes. El martes 12 de junio de 1962, Lucas estaba a sólo tres días de graduarse en la escuela secundaria de su ciudad. Ese viernes tendría que rendir su último examen y por eso pasó la tarde en la biblioteca del colegio para despejar algunas dudas y llegar bien preparado.
Tras ello, se subió a su Autobianchi Bianchina, un pequeño vehículo, de 500 centímetros cúbicos de cilindrada y dos puertas. Había cumplido 18 años un mes antes y sus padres se lo habían regalado, premiando su buen desempeño escolar. Si bien no cumplía sus pretensiones de alta velocidad, era un primer paso. Ya habría tiempo para comprar uno más grande y veloz, pensaba.
En el camino de regreso a su casa, Lucas conducía muy tranquilo por las calles de Modesto hasta que de pronto se produjo la colisión que cambiaría su vida. Un Chevy Impala se le apareció de golpe, a toda velocidad, y el choque resultó inevitable. A él se le soltó el cinturón de seguridad y cayó violentamente sobre el asfalto.
El percance con el cinturón fue el que le salvó la vida, porque su auto hizo varios trompos y terminó pegando violentamente contra un nogal, en el que quedó virtualmente doblado e irreconocible.
El impresionante accidente fue tapa del diario local Modesto Bee, que mostró la foto del auto destrozado y habló del milagro de que su conductor hubiera sobrevivido. George quedó inconsciente sobre el asfalto y los primeros vecinos que se acercaron a auxiliarlo pensaron que estaba muerto. La ambulancia llegó enseguida para llevarlo al hospital “en estado desesperante”. Habría sufrido varias fracturas y lesiones en los pulmones, por lo que vomitaba sangre.
“No respiraba porque me había lastimado los pulmones y los médicos no me encontraban el pulso. El auto estaba destrozado y todos pensaban que había muerto por cómo había quedado luego de los siete u ocho giros que dio antes de estrellarse contra un nogal”, relató Lucas, que hizo un documental para reflejar ese episodio que cambió su vida y le hizo sentir que había nacido de vuelta.
Como tuvo que permanecer más de cuatro meses internado, el joven George dispuso del tiempo suficiente para pensar en su futuro: “La idea de que el accidente había ocurrido por una causalidad y no de casualidad me terminó por convencer de que no iba a ser piloto de carreras, sino que me dedicaría al cine”.
Sólo era cuestión de tiempo para que el talento del realizador de Indiana Jones empezara a deslumbrar al mundo y conquistara el éxito a nivel mundial. Creó su propia empresa Lucas Film, comprada por Disney en 2012, y se convirtió en un ícono del cine con Star Wars, una saga que tiene fanáticos en todo el mundo.
Ganador de múltiples premios, entre ellos un Oscar y un Globo de Oro, Lucas tiene 4 hijos y sigue ligado a su gran pasión: el año pasado produjo una nueva entrega de Indiana Jones, titulada El dial del destino.