jueves, noviembre 21, 2024
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    MIRALO DE VUELTA

    El caso del “torturador de gatos” que descuartizó a su amante y cayó por un grupo de fans del “true crime”

    A fines de mayo de 2012, una serie de hechos escalofriantes aterrorizaba a la población en Canadá: en Ottawa, una recepcionista del edificio gubernamental del Partido Conservador encontró un pie humano adentro de una caja mientras que en el del Partido Liberal descubrieron una mano ensangrentada.

    El horror se acrecentó a 200 kilómetros de allí, cuando la policía confirmó que había un cuerpo descuartizado en un valija perdida en el montón de basura en una calle de Montreal. Días más tarde, confirmaron que los restos pertenecían a una misma persona, Jun Lin, un estudiante de 33 años que venía de China y había llegado a Norteamérica para estudiar Informática.

    Entre las especulaciones de los medios y las hipótesis de los investigadores, apareció un macabro video en Internet que mostraba cómo había sido el terrorífico momento en el que la víctima había sido asesinado: en el clip, se podía ver cómo su homicida le había arrancado la cabeza y cómo “jugaba” con ella adentro de una bañera llena de sangre.

    Poco después, la Policía detectó que se trataba de Lukas Rocco Magnotta, un joven actor porno de 30 años, a quien la Interpol lo buscaba con alerta internacional por el peligro que significaba. Sin embargo, en el medio, también salió a la luz el arduo trabajo de un grupo de fanáticos estadounidenses del true crime que, dos años atrás, habían sido ignorados tras denunciarlo por subir videos en los que salía torturando gatitos.

    No te metas con los gatos

    Durante 2010, una de las redes sociales que más se usaba era Facebook y la plataforma ideal para consumir videos era Youtube. En ese entonces, entre los millones de clips sobre caídas graciosas y “retos” virales, se publicó un espeluznante video que, en poco tiempo, estaría en boca de todos: “1 boy 2 kittens”.

    Captura de "1 boy, 2 kittens", el video que desató la furia en Internet. (Foto: Netflix)
    Captura de «1 boy, 2 kittens», el video que desató la furia en Internet. (Foto: Netflix)

    En las primeras imágenes, se puede ver a dos gatitos acostados en una cama sobre un acolchado estampado con la cara de un lobo, quizás una señal que resultaría premonitoria. Unos segundos después, se cambia de plano y pasa a mostrar la escena desde un ángulo más alejado, donde podemos ver a un joven encapuchado.

    Lo que pasa a continuación es digno de una crueldad inhumana: el misterioso chico, que no deja ver su cara cubierta por un extenso flequillo, toma a los gatitos, los coloca adentro de una bolsa sellada y los asfixia con una aspiradora.

    El video se viralizó a través de las redes sociales y foros, e indignó a cientos de usuarios que llegaron a crear un grupo en Facebook para poder encontrar al autor del crimen. Así fue cómo analizaron cada detalle de lo que se veía en los pocos segundos para detectar cualquier pista que los llevara a descubrir su identidad.

    En esa investigación, se dieron cuenta de que el “torturador de gatos”, como fue apodado, mostraba señales de querer desafiarlos: en su canal de Youtube, solo tenía un video al cual le había dado “me gusta”, un clip de la película Catch Me If You Can (”Atrápame si puedes”), en donde Leonardo Di Caprio interpreta a un estafador que se burla de la Justicia.

    El "torturador de gatos" se burlaba de sus persecutores y les enviaba "pistas" para desafiarlos a que lo encuentren. (Foto: Netflix)
    El «torturador de gatos» se burlaba de sus persecutores y les enviaba «pistas» para desafiarlos a que lo encuentren. (Foto: Netflix)

    En medio de aquella búsqueda, le sucedieron una serie de hechos que parecían no tener sentido. En principio, este grupo de internautas detectó que el misterioso joven usaba cuentas falsas para dejar más pistas de manera provocativa. Como, por ejemplo, compartió una foto de sí mismo con la cara borroneada y volvió a publicar más videos en donde se lo veía torturar a gatitos ahogándolos en una bañera, prendiéndolos fuego o dándoselos de comer a una serpiente. El horror ascendía a escalas inigualables y la indignación no paraba de convocar a miles y miles de personas a través de Internet que buscaban terminar con semajantes atrocidades. Y también, venganza.

    Atrápame si puedes

    A medida que avanzaba el “juego” de la persecución, los movimientos del sospechoso se tornaban aún más insólitos. En un momento, ante la falta de rastros nuevos y la desmotivación del grupo que intentaba atraparlo, el “torturador de gatos” volvió a aparecer. Esta vez lo hizo mediante una cuenta “títere”, es decir un perfil con un nombre y una foto falsa, y envió un mensaje al grupo que afirmaba: “La persona que buscan es Luka Magnotta”.

    Ahora sí, ya tenían una identidad, pero eso no fue lo que más les sorprendió, sino los miles y miles de resultados que aparecieron en Google una vez que escribieron su nombre en el buscador. Se trataba de un modelo super famoso que vivía viajando y se rodeaba de lujos. Lo presentaban como el “primo perdido” de River Phoenix y lo hacían ver como una estrella de rock.

    Luka Magnotta era el principal sospechoso de ser el "torturador de gatos". (Foto: ABC)
    Luka Magnotta era el principal sospechoso de ser el «torturador de gatos». (Foto: ABC)

    Lo investigaron a fondo, compararon sus fotos con las pocas imágenes borrosas que tenían del asesino de felinos y todos llegaron a una misma conclusión: no había forma de que no sea él. Sin embargo, las cosas se tornaron aún más macabras ya que, al revisar las miles de páginas de supuestos fanáticos de Magnotta que existían, se dieron cuenta de que todo era una farsa. Él había montado una escena para llegar a la fama. Cueste lo que cueste.

    Así fue cómo intentaron rastrearlo a partir de la búsqueda de metadatos en sus fotografías, aquella información que revela la hora o la ubicación en la que se tomó la imagen. Dos, cinco, diez, treinta fotos y seguían sin conseguir nada. Hasta que, de repente, lograron hallar lo que querían a través de un retrato de Luka en un shopping, que estaba más cerca de lo que creían: en TorontoCanadá.

    Sin embargo, una noche, un nuevo y escalofriante video paralizó a los “investigadores virtuales”. Esta vez ya no eran gatitos los que Luka masacraba, sino que se trataba de un ser humano. En el clip titulado “1 lunatic, 1 icepick” (”un lunático, un picahielo”, traducido del inglés), se podía ver cómo el joven acuchillaba una y otra vez a una persona que estaba recostada sobre una cama. El crimen había quedado registrado frente a la cámara y ahora miles de usuarios eran testigos del horror.

    Pese a los intentos del grupo de fans del true crime por alertar a la Policía canadiense, estos ignoraron la evidencia y los internautas simplemente dejaron de insistir. “En ese momento, creía que había hecho todo lo posible y que, tarde o temprano, aparecerían noticias de que encontraron un cadáver”, contó John Green, uno de los usuarios que se involucró en la investigación, en el documental de Netflix “No te metas con los gatos: un asesino en Internet”.

    Según los resultados de las búsquedas de Internet, Magnotta era un modelo "muy reconocido", pero luego un grupo de usuarios develaron que él había inventado todo. (Foto: CNN)
    Según los resultados de las búsquedas de Internet, Magnotta era un modelo «muy reconocido», pero luego un grupo de usuarios develaron que él había inventado todo. (Foto: CNN)

    Una cita que terminó mal y un asesinato de película

    Jun Lin era un hombre de 33 años que había llegado de Wuhan a Montreal para continuar sus estudios en Informática. A mediados de 2012, conoció a Luka Magnotta, un joven canadiense que se ganaba la vida haciendo películas pornográficas después de que su carrera como modelo fracasara.

    Jun Lin. (Foto: Netflix)
    Jun Lin. (Foto: Netflix)

    Una noche, Jun Lin tuvo una cita con él, por lo que se trasladaron a un departamento en el área de Griffintown. Ese jueves 24 de mayo fue la última vez que se lo vio con vida.

    Al día siguiente, Justin Lin -como lo conocían ahí- no se presentó a trabajar y su jefe comenzó a sospechar. El domingo de esa misma semana, tres de sus amigos fueron a buscarlo a su departamento y no lo encontraron, pero no denunciaron su desaparición hasta dos días más tarde.

    Por otra parte, el martes siguiente, en un edificio de la calle Decarie 5720, un portero salió a sacar la basura como todas las mañanas y descubrió algo que le llamó la atención: una valija vieja con un candado. Sin embargo, al acercarse más, notó que había cientos de gusanos que “rebalsaban” del interior.

    En cuanto llegó la Policía de Montreal, constataron que guardaba un torso humano que pertenecía a un hombre de mediana edad, a quien le habían cortado los brazos, las piernas y la cabeza. También tenía múltiples puñaladas en el pecho.

    Las cámaras de seguridad confirmaron que Jun Lin estuvo con Luka Magnotta en la noche de su desaparición. (Foto: Netflix)
    Las cámaras de seguridad confirmaron que Jun Lin estuvo con Luka Magnotta en la noche de su desaparición. (Foto: Netflix)

    En el montón de basura, había varias bolsas de consorcio que contenían pistas de lo que había sido aquel terrorífico suceso: un cachorro muerto, un poster arrugado de la película “Casablanca” y una licencia de conducir a nombre de Luka Rocco Magnotta, inquilino del edificio en el que había ocurrido todo. En ese momento, los investigadores creyeron que él había sido la víctima del homicidio, por lo cual allanaron su departamento.

    El rumbo de la investigación cambió cuando salió a la luz el video de una de las cámaras de seguridad del lugar. En esas imágenes, se confirmaba que Jun Lin había llegado al departamento de Magnotta pero que nunca había abandonado el lugar. Incluso, a través de esos clips, lograron constatar que Luka, ahora el principal sospechoso, había tirado a la basura un destornillador pintado de gris para hacerlo pasar por un picahielo, una sierra eléctrica y más restos humanos. Sin embargo, aún no estaban las manos, los pies ni la cabeza.

    Dos paquetes misteriosos y una captura infernal

    Al mismo tiempo, en Ottawa, una recepcionista del edificio del Partido Conservador, al cual pertenecía el primer ministro de Canadá, recibió un paquete que contenía algo aterrador. Se trataba de un pie amputado envuelto en papel rosa y un poema que recitaba: “Las rosas son rojas, la miel es dulzura, la Policía sólo podrá identificarte por tu dentadura. Perra”.

    La nota que Luka Magnotta le dedicó a la Policía de Montreal. (Foto: CBC)
    La nota que Luka Magnotta le dedicó a la Policía de Montreal. (Foto: CBC)

    El terror creció aún más cuando apareció otro paquete pero esta vez en el edificio del Partido Liberal. Allí, había una mano ensangrentada con una pista que resultaría esencial: en la caja, el código de barras apuntaba a que el envío se había hecho desde una oficina en Montreal, a pocos minutos del lugar en donde vivía Luka Magnotta.

    Con el correr de las horas, los investigadores no tardaron en recibir un video que los paralizó por completo. En aquellas imágenes no sólo se podía ver cómo ocurría el asesinato, sino que el homicida se mostró “jugando” con la cabeza que flotaba en una bañera llena de agua.

    Inmediatamente, las autoridades fijaron una orden de captura pero, al momento de hacerlo, descubrieron que el sospechoso ya había abandonado el país y no tenían ninguna pista de dónde podría haber ido. Fue así cómo “unieron fuerzas” junto al grupo de los fans del true crime y emprendieron una búsqueda infernal. Tras adentrarse en cada pista y detalle que Luka les había dejado, resolvieron el rompecabezas: había escapado a Europa.

    Con la ayuda de la Interpol, el “torturador de gatos” fue detenido el 4 de junio del 2012 en un cibercafé de Berlín mientras leía noticias sobre él. En ese entonces, los títulos ya lo apodaban como el “descuartizador de Canadá”.

    Así trasladaron a Luka Magnotta desde Berlín. (Foto: Netlix)
    Así trasladaron a Luka Magnotta desde Berlín. (Foto: Netlix)

    En diciembre del 2014, Luka Rocco Magnotta fue declarado culpable de asesinato en primer grado y condenado a cadena perpetua. Hasta hoy, afirma su inocencia y pasa sus días en la prisión de máxima de seguridad de Port-Cartier, en Quebec.

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