El joven que hackeó a Elon Musk ahora va por la élite rusa y revela los vuelos de multimillonarios

En medio de la invasión de Rusia a Ucrania, el hacker Jack Sweeney decidió rastrear los movimientos de los aviones privados de los empresarios rusos más ricos. Al igual que con Elon Musk, creó una cuenta en Twitter para publicar cuándo y dónde despegan sus aeronaves.

El joven lanzó el primer tuit el domingo luego de que Estados Unidos decidiera sancionar a varios miembros del círculo íntimo del presidente ruso Vladimir Putin.

Hace menos de un mes, Sweeney había sido noticia por mostrar través de una cuenta automatizada en Twitter la ubicación del jet privado del dueño de Tesla y SpaceX, Elon Musk. Ahora repitió la hazaña, pero con varios multimillonarios amigos de Putin.

Bajo el arroba Russian Oligarch Jets, el joven comenzó a publicar en la red social los desplazamientos de los jets privados, helicópteros y aviones comerciales de Vladimir Potanin, que es la persona más rica de Rusia, del dueño del Chelsea, Roman Abramovich y de Alexander Abramov, el magnate ruso del acero.

Esto se disparó cuando el presidente de Estados Unidos Joe Biden anunció las sanciones a los oligarcas rusos, entre las que se encontraba la persecución y el congelamiento de sus activos.

Pese a la advertencia de sanciones, la élite de Rusia continúa viajando y varios de ellos eligieron trasladar sus yates y jets a otras ciudades como Montenegro o las Islas Maldivas para que no sean confiscados.

Quién es Jack Sweeney, el joven que rastrea los vuelos de millonarios

Jack Sweeney es un joven estadounidense de 19 años, estudiante de Tecnología de la Información en la Universidad de Florida Central. Hasta hace poco era un desconocido, pero consiguió cierta fama en el marco de su inesperado enfrentamiento con Elon Musk.

Había presentado un bot en Twitter que mostraba la geolocalización de los aviones del dueño de la automotriz Tesla, además de Bill Gates, Jeff Bezos. Según lo que había declarado Sweeney, utilizó datos que tienen acceso público.

El empresario le ofreció 5.000 dólares para que dejara de divulgar en Twitter la ubicación de su avión privado. “Nunca tuve la intención de generar problemas de seguridad”, contestó el joven. Además señaló que hará lo posible para respetar el pedido de Musk a pesar de que con esas cuentas consigue algunos ingresos que lo ayudan a solventar sus gastos.