El reconocido cronista de 79 años narró cómo fue estafado tras ver un falso descuento en redes sociales. Le sustrajeron casi 2 millones de pesos
El periodista Guillermo Salatino relató la estafa que sufrió en las últimas horas al caer en una falsa publicidad de descuento. El histórico analista de tenis, de 79 años, fue víctima de una trampa virtual: ingresaron a la cuenta bancaria donde cobra la jubilación y le sustrajeron el dinero que tenía allí.
“Sí, hoy caí. Yo que me creía un vivo. Uno que no es un nene de departamento, como digo. Que he andado por la calle, me he peleado, he jugado a la pelota y que uno cree que se las sabe todas, cayó como un chorlito, como decía mi abuela. Es una antigüedad esto, pero es lo que me pasó lamentablemente”, reflexionó en la entrevista que brindó con Telefé Noticias.
El cronista, que hace algunas semanas fue reconocido en el Senado de la Nación con un diploma de honor por su “su labor y contribución al periodismo deportivo”, explicó que vio una publicidad en las redes sociales que lo impulsó a llamar al número que difundían con el fin de conocer detalles sobre un sustancial descuento.
“Vi un aviso en Instagram en donde decía que la petrolera argentina iba a hacer un 30% de descuento para los jubilados, para aquellos que fueran a cargar nafta o en cualquier artículo de la petrolera. Y había un teléfono. Llamé por teléfono. Caí yo, eh. Yo solito me metí en la trampa. Llamé por teléfono para averiguar y resulta que me empiezan a pedir datos que naturalmente uno da. Cuil, yo que sé, el DNI y bueno…“, detalló.
Salata, que es una de las caras del tenis en Argentina tras cubrir durante décadas los torneos más importantes del mundo, notó que el contacto telefónico estaba derivando en algo más grave: “De pronto me di cuenta que me hacían preguntas que me llamaban la atención, porque el tipo sabía demasiado. Porque me consultó por una cuenta de tal banco, y cómo está. Después me di cuenta, me fui dando cuenta de a poco, que el tipo me estaba sacando información”.
El periodista tiene cuatro cuentas bancarias, pero los estafadores lograron entrar –al menos– a la que tiene reservada para percibir su jubilación: “Una es de jubilado, otra de la facultad que doy clase y dos que tuve toda la vida, que ya no tienen sentido porque estoy jubilado. Pero bueno, por fiaca o vaya a saber por qué, uno no las cancela, pero las tengo. Pero en la de jubilado, que antes de ayer me fijé y tenía $500.000, poca plata, que es lo normal en una cuenta de jubilado, no sé por qué cobré el doble. Yo me di cuenta sin querer que tenía mucha plata, muchísima para lo que estoy acostumbrado, para esa cuenta de jubilado. Tenía $1.800.000″.
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Estas personas que le hicieron el “cuento del tío” digital también intentaron sacar un crédito desde su cuenta en el banco nacional: “Los tipos a los dos minutos ya habían cerrado la cuenta. Me dijo el gerente del banco que se pasan la plata y desaparecen. Se mete en una nube y esa plata no se ve más. Además me sacaron un crédito de 4 millones y medio de pesos que nunca pedí ni nunca tuve en el banco donde cobro la jubilación. No habrán cobrado nada, supongo, porque yo jamás pedí ni tuve un crédito”.
Afirmó que no “suele tener” el monto que en ese momento tenía en su perfil bancario, aunque aseguró que la estafa pudo haberle causado un daño financiero más grande: “Si me llega a agarrar esto la semana que viene, que me entran las tarjetas y tengo el triple de esa plata, me hacen un desastre económico”.
El hombre egresado de la escuela del Círculo de Periodistas Deportivos trabajó en diversos medios gráficos, radiales, televisivos y electrónicos. Cubrió más de 400 torneos internacionales de tenis (contabilizando unos 145 Grands Slam), transformándose en uno de los periodistas que más campeonatos de esta disciplina vivió en el mundo.
En medio de este robo virtual, notó que los estafadores habían accedido a los datos de las cuatro cuentas a su nombre: “A una no puede entrar porque yo entro con la huella digital y no me acuerdo, cosa que pasa a los 80 años, de la contraseña. Por lo tanto no pude entrar. A las otras sí, a pesar de que entro con huella”.
“No me importa la plata, aunque la necesito y aunque es mucha. Me importa que me pase esto a esta altura, cuando uno se cree vivo, inteligente, que a vos no te va a pasar, que no te van a entrar. Y me la hicieron”, se lamentó. Y agregó con dolor por lo vivido: “A mí me indigna la impotencia que siento por haber entrado en esa trampa y ser tan gil. Te juro que estoy indignado”.
“Yo doy difusión a esto para que tenga cuidado la gente. Yo soy de buena fe. Dije que el día que no crea en la gente, no tengo nada que hacer en este mundo. Soy un tipo que cree en la gente y caí como un gil. La idea es ayudar a que no le pase a otro”, concluyó.
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