Como los combustibles están cada vez más caros, muchos conductores esperan a que el tanque se vacíe casi por completo para cargar nafta o diésel en la estación de servicio. Sin embargo, si el objetivo es ahorrar dinero, es un error grave.
En primer lugar, un tanque prácticamente vacío es muy nocivo para la mecánica del auto. Puede producir fallas costosas de reparar. Y, además, cuanto menos combustible tiene el depósito, más gasta el motor.
Las pruebas demuestran que, cuanto más vacío está el tanque, más fácil se evapora el combustible y, por lo tanto, se consume antes.
Algunas personas pensarán que cuanto más lleno está el depósito, más pesado está el auto y por ende más combustible necesita el motor. Sin embargo, en vehículos para el transporte diario los gramos de más que se consumen son prácticamente imperceptibles. De eso que se preocupen en la Fórmula 1…
Otro punto a tener en cuenta: en algunos vehículos, cuando se rellenan con poco combustible el contador no se actualiza y se puede encender la luz de la reserva.
Qué pasa si cargo nafta cuando el tanque está vacío
- Se reduce la vida útil del filtro de combustible. Por la acumulación de impurezas en el fondo del tanque, el combustible bombeado con dirección a los inyectores tiene sedimentos. Y esos sedimentos son recogidos por el filtro, que puede colapsar.
- Los inyectores están en peligro. Cuando el filtro de combustible colapsa, es muy posible que los sedimentos acumulados lleguen a los inyectores, que en el mejor de los casos se obstruyen (habrá que limpiarlos) y en el peor, se rompen y demandan reemplazo. El dato: el kit de cuatro inyectores puede valer hasta 150 mil pesos.
- La bomba de combustible absorbe aire. Si el combustible que la bomba envía hacia el motor no es suficiente, se crean bolsas de aire que exigen un esfuerzo mayor ante el mismo trabajo. Así, puede recalentarse, sufrir desgaste de piezas, reducir la potencia del motor y ocasiones tirones en la aceleración.
Cómo gastar menos combustible
- Conducir suavemente. Es el consejo más importante. Cualquier auto y en cualquier condición eleva el consumo de combustible al acelerar y frenar bruscamente. Para evitarlo, es fundamental manejar a velocidades constantes todo lo que se pueda y subir de cambio cuando el motor gire entre 2.000 y 3.000 rpm, excepto en condiciones de sobrepaso (en esa situación, es indispensable el rebaje).
- Administrar el uso del aire acondicionado. El consumo de combustible sube hasta un 10 por ciento cuando el aire está prendido sin necesidad. En ciudad, dentro de lo posible, se aconseja apagarlo y circular con la ventanilla baja para ventilar el habitáculo. En ruta, la ecuación cambia: lo que te ahorrás por no prender el aire lo gastás por tener la ventanilla baja, ya que a velocidades elevadas empeora la aerodinámica (el viento entra y hace fuerza en contra) y el motor debe hacer más esfuerzo. Para desempañar los vidrios también es clave su utilización.
- Cargar únicamente lo necesario. El auto necesitará más combustible cuanto más peso en equipaje y ocupantes tenga que mover, ya que tendrá que trabajar más el motor. Dos autos iguales, en el mismo camino y en las mismas condiciones, pero con peso desparejo gastarán distinto. Otro punto clave: en lo posible, no llevar objetos en el portaequipajes porque, además de sumar peso, altera la aerodinámica.
- Mantener el auto en buen estado. Realizar los servicios programados en tiempo y forma, tener el auto balanceado y alineado, y no circular con piezas mecánicas rotas o desgastadas es fundamental para que el motor no gaste de más, además de generar seguridad.
- Ponerle a los neumáticos la presión adecuada. Los especialistas dicen que el 20 por ciento del gasto de combustible es provocado por la resistencia a la rodadura de los neumáticos. Es fundamental inflarlos con las libras que indica el fabricante (en el manual del auto lo dice y, generalmente, también en las puertas) para distintas condiciones, ya que no se requiere la misma presión en ciudad, en ruta o en el off-road.