Cuando transcurría el entretiempo del duelo entre Embajadores y Escarlatas válido por la Serie Colombia, un puñado de vándalos con camisetas de los dos clubes protagonizaron un altercado en el costado norte del máximo escenario deportivo de los bogotanos
El duelo entre Millonarios y América, válido por la Serie Colombia y que atrajo a más de 15.000 personas que asistieron al estadio El Campín en la tarde del domingo 19 de enero de 2025, tuvo su “lunar” cuando un grupo de vándalos con camisetas de ambos equipos protagonizaron un enfrentamiento al costado norte del estadio El Campin.
Y es que cuando los hinchas aguardaban por el comienzo de la segunda mitad, algunas de las personas que vestían camisetas del cuadro vallecaucano se saltaron las vallas de seguridad del recinto deportivo y se abalanzaron contra un grupo de vándalos con prendas alusivas al cuadro capitalino que habían bajado desde la tribuna norte hacia la zona trasera del terreno de juego.
En videos que se viralizaron en redes sociales se observa cómo, en medio de un torrencial aguacero que, de hecho, obligó a la postergación de la segunda mitad del duelo entre Embajadores y Escarlatas, los delincuentes buscaron agredirse unos a otros, ante la atenta mirada de uniformados de la Policía Metropolitana de Bogotá que buscaban calmar la situación.
Y es que las personas que hinchaban por el cuadro vallecaucano estaban ubicadas en la tribuna nororiental del estadio El Campín, a contados metros de la tribuna norte, donde acostumbran a hacerse las llamadas “barras bravas” del cuadro Embajador.
Incluso, en los videos se ve cómo algunos de los vándalos con prendas del América llegaron a posicionarse bastante cerca de donde estaban los fanáticos del conjunto bogotano, incluso lanzando algunas sillas contra ellos.
Es válido anotar que los enfrentamientos comenzaron tan solo unos minutos después de que un torrencial aguacero cubrió el estadio El Campín. Incluso, las imágenes dejan ver que cuando los vándalos comenzaron los desmanes sobre la zona norte del máximo escenario deportivo de los bogotanos, la lluvia estaba en su punto más álgido.
La situación obligó a que los hinchas del América que aún permanecían en la tribuna que les fue asignada buscaran resguardarse en los pasillos del estadio bogotano mientras que la situación se normalizaba.
De igual manera, es importante recalcar que antes de que comenzara el partido, cuando aún no habían ingresado las hinchadas al estadio, algunos vándalos con prendas alusivas al cuadro Embajador comenzaron a lanzar insultos, así como amenazas contra los fanáticos del América que buscaban ingresar al escenario deportivo.
En esa ocasión, la situación no pasó a mayores debido a que uniformados de la Policía Metropolitana de Bogotá custodiaron el ingreso de los hinchas del América.
Violencia en el fútbol, una de las graves problemáticas en el país
Los enfrentamientos entre hinchas en el fútbol colombiano representan una problemática social que va más allá del deporte. Estos actos violentos están profundamente arraigados en las rivalidades entre barras bravas, grupos organizados de aficionados que, en muchos casos, trascienden el apoyo al equipo y se convierten en agentes de conflicto.
La violencia no solo afecta a los involucrados directos, sino también a las familias, la infraestructura de los estadios, y la seguridad en los espacios públicos. Este fenómeno ha generado un ambiente de inseguridad que desmotiva la asistencia masiva a los partidos, perjudicando la experiencia futbolística y la economía asociada al deporte.
Una de las causas principales de esta problemática es la falta de control efectivo por parte de las autoridades, tanto dentro como fuera de los estadios. Aunque existen medidas como la implementación de cámaras de seguridad, controles de acceso y restricciones de ingreso para ciertos hinchas, estas no siempre se cumplen de manera rigurosa.
Además, factores como el consumo de alcohol, la falta de educación cívica y la escasa presencia de programas de inclusión social agravan la situación. Muchas veces, las barras bravas se convierten en focos de actividades ilegales, como el tráfico de drogas, que alimentan la violencia.
