La investigación sobre el corte de dos cables de telecomunicaciones en el mar Báltico se focaliza en un barco chino, el “Yi Peng 3″, inmovilizado desde hace tres días frente a las costas danesas y en el centro de una intensa actividad diplomática.
El buque, construido en 2001 y propiedad de la empresa china Ningbo Yipeng Shipping Co, está inmovilizado desde el martes en el estrecho de Kattegat, entre Dinamarca y la costa occidental de Suecia.
La defensa danesa indicó el miércoles que vigilaba de cerca la embarcación, que se encuentra en aguas internacionales.
El barco es objeto de intensos intercambios diplomáticos entre Dinamarca, China y Suecia.
“China trabaja actualmente con las partes afectadas, incluida Dinamarca, para mantener una comunicación fluida a través de las vías diplomáticas”, afirmó el viernes un portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores.
Copenhague mencionó el jueves “contactos diplomáticos” con países, sin decir cuáles, pero afirmó que tenía una capacidad de intervención limitada.
“Dinamarca no es propietaria de los cables dañados y el navío está actualmente en aguas internacionales”, indicó el Ministerio danés de Relaciones Exteriores a la agencia de noticias AFP.
Las aguas internacionales quedan fuera de la jurisdicción de los Estados, que no pueden adoptar medidas coercitivas contra un buque.
La diplomacia china rechazó el miércoles las sospechas contra su buque y resaltó que siempre había cumplido “sus obligaciones” y “exigido a los barcos chinos que respeten escrupulosamente las leyes y reglamentos en vigor”, según Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
Investigación por sabotaje
Actualmente hay dos investigaciones judiciales en curso, incluida una de la policía sueca por “sabotaje” de los cables.
“Arelion”, un cable de telecomunicación que conecta la isla sueca de Gotland con Lituania, resultó dañado el domingo. Ocurrió lo mismo el lunes con otro cable submarino en el Báltico, el “C-Lion1″, que conecta Finlandia con Alemania.
El barco chino estaba en la zona cuando los cables resultaron dañados, indicaron portales de vigilancia del tráfico marítimo.
La marina sueca, que ayuda a la policía en su investigación, ya pudo inspeccionar el primer cable germano-finlandés, que se encuentra a una profundidad de entre 30 y 40 metros. El miércoles comenzó la inspección del cable sueco-lituano.
“Estamos en el lugar con una cámara submarina para ver lo que pudo pasar”, explicó Jimmie Adamsson, portavoz de la marina sueca.
Finlandia también abrió una investigación por “daños criminales agravados” e “interferencias agravadas en las comunicaciones” por los daños sufridos en el cable germano-finlandés.
Un barco de los guardacostas finlandeses con investigadores a bordo se dirige a la zona para inspeccionar el cable en cuestión, indicó la policía finlandesa el viernes.
El “Yi Peng 3″ salió del puerto ruso de Ust-Luga, al oeste de San Petersburgo, el 15 de noviembre, según el portal VesselFinder.
Tras el incidente, varios dirigentes europeos mencionaron la posibilidad de un “ataque híbrido” debido a las tensiones alrededor del mar Báltico, en particular con Rusia.
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, fue el primero en mencionar la hipótesis de un sabotaje. “Nadie cree que estos cables se cortaran por accidente”, afirmó el martes. “Esto es ridículo”, reaccionó el Kremlin.
Ambos incidentes, que se produjeron a 48 horas de intervalo, recuerdan el sabotaje de los gasoductos Nord Stream de septiembre de 2022, del que Moscú acusa a Kiev.
En octubre de 2023, un gasoducto submarino entre Finlandia y Estonia, el Balticconnector, quedó también dañado por el ancla de un carguero chino, como demostró la investigación finlandesa.
Por Etienne Fontaine (AFP)