El juzgado estaba a cargo de Julián Ercolini pero se finalizaba la subrogancia. El expediente atravesaba un momento clave. El nuevo juez tiene que decidir si procesa a Alberto Fernández y al resto de los imputados.
La bolilla elegida fue la de Sebastián Casanello. El juez reemplazará a Julián Ercolini en la subrogancia del Juzgado Federal 11, donde está radicada la causa de los Seguros, entre otros expedientes. El sorteo se dio en un momento clave: el nuevo juez tiene que decidir si procesa al ex presidente Alberto Fernández y al resto de los imputados.
Ercolini había completado esta semana la ronda de 39 indagatorias en ese expediente y comenzó a correr el plazo para resolver la situación procesal de todos. Además, el camarista Roberto Boico rechazó ayer hoy la recusación que había presentado la defensa de Fernández contra el magistrado y lo ratificó al frente de la causa. Pero el bolillero cambió el escenario.
En lo formal, la subrogancia del juzgado 11 (que estaba a cargo de Claudio Bonadio) se vence el miércoles pero fuentes judiciales consultadas por Infobae aseguraron que no hay tiempo material para definiciones en una causa tan compleja. “Hay que cruzar y analizar las declaraciones de 39 personas”, explicaron.
No es el único expediente complejo. El juzgado 11 fue sorteado esta semana para investigar la denuncia que presentó la ANSES contra Cristina Kirchner por cobrar bonificaciones por “Zona Austral” en dos beneficios previsionales. En esa causa también interviene el fiscal Franco Picardi, que hasta ayer no había recibido la causa.
![Fernández estuvo dos veces esta](https://www.infobae.com/resizer/v2/OAYXK4T4WS6XSGJPMPA2MO4NYQ.jpg?auth=07286aa787b07e14ba83ed1ddb5d854ee4cc86185c7b84f96d81fc4b7e7608fa&smart=true&width=350&height=217&quality=85)
Fernández expuso el lunes ante el juez Boico por el planteo de recusación. “Ercolini me quiere preso. Estoy seguro que es parcial. Lo ha demostrado en las dos causas (la de seguros y la de violencia). Salgamos de los formalismos y veamos lo que ha ocurrido”, lanzó frente al camarista. Y agregó: “No estoy paranoico, Ercolini me detesta y me quiere cobrar venganza”.
La defensa del ex presidente apeló a viejos chats entre Fernández y Ercolini. Pero no alcanzó. Boico respondió que esos mensajes no servían como prueba porque no hay datos del teléfono “donde supuestamente se habrían captado las imágenes”, no se conoce el titular del teléfono “donde constarían esas imágenes”, y tampoco se acompañó el teléfono para poder peritarlo.
Ayer, el camarista rechazó el planteo y ratificó al frente de la causa, muy sensible para Fernández y para decenas de empresarios, pero finalmente el sorteo cambió la situación. Ercolini ya había dejado trascender que presumía este final.
![Martínez Sosa y Alberto Fernández](https://www.infobae.com/resizer/v2/VE7RUIFI2BAFVPKUNJ2QYNSNZM.jpg?auth=784bdfa4b14da690d06e892797a0a4cbbcf2bb7a402981162f817289ba5142da&smart=true&width=350&height=197&quality=85)
Ahora, el juez Casanello deberá definir si procesa, sobresee, o dicta la falta de mérito de los imputados.
En su indagatoria, en el mes de noviembre, Fernández presentó un escrito en el que defendió el decreto 823, la base de la acusación en su contra. Sostuvo que esa norma -que le entregó el monopolio a Nación Seguros- terminó con la “cartelización”, aunque destacó que no la impulsó él.
El ex presidente también intentó desligarse de su (¿ex?) amigo Martínez Sosa, el empresario que lo visitaba en la quinta de Olivos. “He tenido siempre una relación de afecto. Pero jamás pedí a nadie que un seguro del Estado pase a través de sus manos o lo tomen a él como asesor de seguros. Héctor Martínez Sosa me conoce y conoce mi rigidez en ese tema. En mis cuatro años de mandato no creo haberlo visto o haber hablado con él más de cuatro o cinco veces, y siempre hablamos de cuestiones sociales, nunca de cuestiones de su negocio, que desconozco. No creo que sea delito conocerlo”, dijo.
Otras estrategias para frenar la investigación
Al margen de la recusación, varias defensas actuaron de manera coordinada para tratar de anular el testimonio de un abogado que intervino al comienzo del expediente. Se trata de Emanuel Nagel, quien le entregó a la Policía Federal unas cajas con documentación durante el allanamiento a la empresa San Ignacio Seguros, protagonista de la póliza de la ANSES. Esas cajas estaban en poder del empresario Alfredo Del Corro. Esa misma noche, Nagel declaró ante la Policía y hasta aportó los chats personales.
Los abogados de Diego y Lucas Rosendi, Damián Gosso, Mariana Trupia, Lorena Trupia, Deborah Toloza, Hernán Bressi, Héctor Villaverde, Camilo Crotto, Marcela Baldini, Carlos Alberto Suárez, y hasta del propio Del Corro lograron que la Cámara Federal anule el testimonio de Nagel, pero la estrategia no alcanzó para voltear toda la investigación. Los camaristas resaltaron que otros elementos de prueba estaban antes de la declaración del abogado. Fue una victoria a medias.
Del Corro es observado con atención por varios motivos. El abogado Nagel lo vinculó con servicios en agencias de inteligencia del Estado. El empresario nunca habló del tema. Y pidió declarar por Zoom para esquivar a los periodistas en los pasillos de Comodoro Py. No alcanzó. En la audiencia virtual hasta tuvo que mostrar la foto de su DNI.