Recientemente, ha surgido un tema candente en la agenda política de Chaco: la propuesta del gobierno local de solicitar un nuevo endeudamiento por 150 millones de dólares. Este planteamiento ha generado un sinfín de interrogantes y preocupaciones entre los ciudadanos, quienes temen que esta decisión no sea más que un parche para una crisis económica a la que se nos ha empujado. Pero, ¿realmente es necesario que Chaco se endeude nuevamente?
La situación actual es complicada. El gobierno a cargo, liderado por Esdero, argumenta que este endeudamiento servirá para paliar la crisis energética que atraviesa la provincia. No obstante, al analizar su proyecto de ley, encontramos que carece de información concreta sobre las obras planificadas y la manera específica en que se destinará este dinero. En otras palabras, se nos está pidiendo que firmemos un «cheque en blanco» sin ninguna garantía sobre el uso de esos fondos.
Es importante mencionar que el año próximo será un año electoral, lo que añade una capa de incertidumbre y suspicacia a esta propuesta. ¿Se está utilizando esta crisis como excusa para obtener financiamiento que podría ser aprovechado con fines políticos en lugar de para el bienestar real de la población? Esta es una pregunta válida que los chaqueños deben hacerse.
Si consideramos que este endeudamiento podría estar justificado para realizar inversiones en infraestructura como agua y energía, surgen más dudas. Dado el actual contexto económico, caracterizado por un riesgo país elevado y tasas de interés exorbitantes, ¿es realmente necesario que la provincia se sumerja en una nueva deuda con las condiciones actuales?
Los efectos del ajuste brutal planteado por el gobierno federal de Javier Milei, que han impactado a jubilados, trabajadores y provincias, no pueden ser ignorados. El monto total del ajuste para las provincias, incluido Chaco, coincide inquietantemente con la cifra solicitada por el gobierno provincial: 150 millones de dólares. Esto sugiere que, detrás de la propuesta de endeudamiento, podría existir una necesidad de compensar los recortes impuestos a nivel nacional.
Es preocupante que figuras representativas, como Esdero, no hayan alzado la voz ante el recorte de fondos en áreas esenciales como la obra pública y la educación, que son fundamentales para el desarrollo y bienestar de nuestra sociedad. Alternativas a este endeudamiento insensato existen; sin embargo, parece faltar la voluntad política para defender a los chaqueños y buscar soluciones viables que no pasen por el endeudamiento internacional.
Por todo esto, la pregunta persiste: ¿realmente necesita Chaco volver a endeudarse? La respuesta, al menos por ahora, parece ser no, al menos no bajo las condiciones actuales ni con la falta de claridad y transparencia que hoy se presentan. Es fundamental que como ciudadanos nos mantengamos informados y exigentes ante las decisiones que afectan nuestro presente y futuro económico. La defensa de nuestra provincia necesita más que palabras; necesita acción, compromiso y, sobre todo, integridad en la gestión pública.
