El estado de estos cetáceos refleja cuán saludable se encuentran los océanos, afirman los expertos, pero la contaminación y la caza, entre otras circunstancias siguen amenazándolos
Las ballenas desempeñan un papel fundamental en el equilibrio ecológico de los océanos, pero diversas amenazas ponen en riesgo su supervivencia. La contaminación, la actividad pesquera, el cambio climático y el tráfico marítimo afectan sus poblaciones, mientras que la caza persiste en algunos países pese a la prohibición internacional.
Cada tercer domingo de febrero se conmemora el Día Mundial de las Ballenas, una fecha establecida en 1980 por Greg Kauffman, fundador de la Pacific Whale Foundation, con el objetivo de concientizar sobre el peligro de extinción de las ballenas jorobadas en las costas de Maui, Hawái. Con el tiempo, la efeméride se amplió para destacar la importancia de la conservación de todas las especies de ballenas en los océanos del planeta.
Matías Arrigazzi, integrante del equipo de campañas y especialista en biodiversidad de Greenpeace Argentina, señaló que la supervivencia de estos cetáceos depende de la salud de los océanos. “Para que las ballenas, los mamíferos marinos más grandes que existen, estén a salvo, necesitamos océanos saludables. Actualmente, estas especies corren diversos riesgos producto del impacto del cambio climático y del accionar humano”, dijo.
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Además, la organización advirtió que la pesca intensiva reduce la disponibilidad de peces y crustáceos, lo que afecta la alimentación de las ballenas. Otro problema es el choque con embarcaciones y el enmallamiento en redes de pesca, que pueden causar su muerte. Arrigazzi también alertó sobre la contaminación acústica provocada por la exploración sísmica y otras actividades industriales, las que interfieren en la comunicación, la alimentación y el comportamiento de estos cetáceos.
Desde su fundación, Greenpeace ha impulsado campañas para la protección de las ballenas, especialmente en respuesta a la caza comercial, que llevó a muchas especies al borde de la extinción. Aunque en 1986 entró en vigor una moratoria mundial sobre la caza de ballenas, la organización denuncia que países como Japón, Islandia y Noruega continúan con su captura bajo el argumento de investigaciones científicas.
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Los cuatro factores que amenazan la supervivencia de las ballenas
La contaminación, el cambio climático, el tráfico marítimo y la caza representan las principales amenazas para la conservación de las ballenas, según especialistas consultados por EFE en el marco del Día Mundial de las Ballenas.
1- Contaminación y actividad pesquera
El impacto de la contaminación en las ballenas es amplio y abarca desde la ingesta de plásticos hasta los enredos en redes de pesca abandonadas. Antonio Fernández, director del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en España, explicó que “el 2 % de las muertes en los cetáceos varados analizados en los últimos 25 años en Canarias han sido causadas por plástico”. Según el experto, este material provoca “perforaciones gastrointestinales y obstrucciones en el estómago”, además de afectar “el sistema inmunitario y la salud general del animal”.
Para Fernández, sin embargo, “la interacción con la actividad pesquera es la mayor causa de muertes de cetáceos en el mundo”, debido a los residuos y las redes a la deriva, que “terminan enredándose en las ballenas, que tardan meses en morir”.
Entre los factores que afectan a las ballenas, también Greenpeace mencionó la pesca intensiva, la exploración de hidrocarburos y la contaminación con residuos tóxicos, incluyendo petróleo, productos químicos y plásticos.
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2- Cambio climático
El calentamiento global también afecta la supervivencia de las ballenas al modificar la distribución de las especies marinas. La doctora en Biología por la Universidad de La Laguna, en Tenerife, España, Natacha Aguilar, explicó que “los ejemplares que se dirigen hacia zonas de alimentación históricas pueden encontrarse con que sus presas ya no están allí” y deben desplazarse a nuevas áreas en busca de alimento.
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3-Tráfico marítimo
El aumento del tráfico marítimo es otro factor que amenaza a las ballenas, debido tanto a los choques con embarcaciones como a la contaminación acústica. Aguilar destaca que “las ballenas son verdaderos ingenieros ecosistémicos que ayudan a mantener el equilibrio del medio marino”, pero su hábitat coincide en un 92 % con las rutas de navegación, mientras que “menos de un 7 % de las zonas de alto riesgo de colisión cuenta con medidas estratégicas para proteger a estos animales”, según un estudio publicado en la revista Science.
El ruido de las embarcaciones “aumenta la contaminación acústica” y “puede causar estrés”, además de “enmascarar las señales de comunicación o alimentación” de los cetáceos. Para reducir estos riesgos, el presidente del Centro de Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceos, Renaud de Stephanis, propuso “tener observadores profesionales a bordo de los barcos que informen en tiempo real” de la presencia de ballenas y así alimentar “un sistema ‘online’ de aviso”. Por su parte, Gorka Ocio, observador científico, considera que “el remedio más eficaz sería reducir la velocidad y modificar las rutas, sobre todo de los ferris rápidos”.
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4-Caza de ballenas
Aunque la Comisión Ballenera Internacional prohibió la caza comercial de ballenas en 1986, “varios países continúan con esta práctica como Japón, Rusia, Noruega o Islandia”, señaló Ocio. A esto se suman las matanzas anuales en las islas Feroe (Dinamarca), donde “matan a cuchillo cientos de cetáceos” durante la tradicional jornada del Grindadrap, una práctica de origen medieval.
Los especialistas coinciden en que la conservación de las ballenas requiere medidas urgentes y coordinadas. “La sostenibilidad de nuestras actividades evitará que nos quedemos sin la riqueza de la fauna marina” si “todos los actores implicados (científicos, políticos, proveedores de servicios, ciudadanía) asumen su responsabilidad” ante un patrimonio colectivo, señala Fernández. “Solo hay una forma de entender la salud humana, animal y del ecosistema: como una única salud”, concluyó.
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5 datos poco conocidos sobre las ballenas
- Existen dos tipos diferentes de ballenas : las ballenas barbadas se alimentan filtrando el krill y el plancton del agua, en cambio, las dentadas comen animales más grandes, como peces y calamares.
- Las ballenas pueden transmitir “cultura” a otras ballenas en forma de comportamientos y canciones.
- Las ballenas son muy ágiles en el agua. Por ejemplo, la ballena beluga puede nadar hacia atrás.
- Las ballenas necesitan salir a la superficie para respirar, por ese motivo pueden ahogarse cuando quedan atrapadas en redes de pesca o desechos plásticos en el océano.
- Algunas ballenas, como la ballena de Groenlandia, pueden vivir más de 200 años.