Existen herramientas que detectan y filtran llamadas no deseadas antes de que molesten a los usuarios. Estas son las mejores opciones
Las llamadas spam se han convertido en una molestia recurrente para millones de usuarios, siendo algunas incluso fraudulentas. Aunque existen leyes para reducir este tipo de comunicaciones, muchas aún logran eludir las normativas. Este artículo explica qué hacer para evitar estas llamadas sin responder ni bloquear.
Las llamadas spam son aquellas comunicaciones no solicitadas, generalmente de carácter comercial, que buscan captar la atención del usuario para vender productos, servicios o incluso obtener datos personales. Estas llamadas se han convertido en una molestia recurrente para millones de personas, que a menudo las confunden con comunicaciones importantes.
Una de las modalidades más comunes de spam es el fraude de la “llamada perdida”. En este caso, un número desconocido llama brevemente y cuelga, con la intención de que el receptor devuelva la llamada. Si lo hace, puede contactar accidentalmente con una línea de tarificación especial, lo que implica cargos adicionales en su factura telefónica.

Este tipo de estrategia ha sido identificado por diversas organizaciones de consumidores como uno de los métodos más efectivos para inducir al usuario a realizar acciones que benefician económicamente a los estafadores.
Recomendaciones para los usuarios
Existen ciertas recomendaciones que los usuarios pueden seguir para reducir su exposición. Un error común es colgar de inmediato al identificar que se trata de una llamada spam. Al hacerlo, los sistemas automáticos pueden interpretar que el usuario simplemente no estaba disponible en ese momento, lo que incrementa la probabilidad de que se repita el intento en el futuro.
Una opción más efectiva es permanecer en línea brevemente y dejar en claro que no se desea recibir información comercial. Esta estrategia puede disuadir a los algoritmos de volver a marcar ese número.

Asimismo, es aconsejable evitar responder preguntas, ya que hacerlo puede interpretarse como una señal de interés, lo que alarga la conversación y puede aumentar la probabilidad de futuras llamadas.
Otra medida clave es no compartir datos personales durante la llamada. La divulgación de información como nombre completo, dirección o número de documento puede facilitar la inclusión del usuario en nuevas bases de datos, o incluso generar riesgos mayores si se trata de una estafa.
Herramientas adicionales
Además de las prácticas individuales, existen herramientas tecnológicas que pueden apoyar en el filtrado de llamadas. Algunos modelos de teléfonos móviles incorporan funciones que permiten identificar y etiquetar automáticamente las llamadas sospechosas.

También se pueden instalar aplicaciones especializadas que bloquean de manera preventiva números reportados por otros usuarios. Sin embargo, estas soluciones no son infalibles y requieren ser actualizadas frecuentemente.
Mientras las autoridades continúan ajustando la legislación para cerrar vacíos legales, los usuarios deben estar informados y adoptar hábitos que disminuyan su exposición. Evitar responder, compartir datos personales o colgar de inmediato son prácticas que, aunque no eliminan el problema, pueden contribuir a reducir su frecuencia y potencial impacto.
Medidas legales y limitaciones
Con el objetivo de frenar este fenómeno, en España entró en vigor en 2023 una legislación que exige el consentimiento expreso de los usuarios antes de que las empresas puedan realizar llamadas comerciales. No obstante, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la normativa presenta fallos importantes.

En un comunicado publicado en 2024, la entidad calificó la ley como “deficiente”, aludiendo a que su ámbito de aplicación se limita únicamente a las llamadas realizadas por operadores humanos. Las llamadas efectuadas mediante sistemas automáticos de marcación no están cubiertas por esta regulación.
A pesar de estas iniciativas, los reportes de llamadas no deseadas continúan. La eficacia de las medidas depende, en gran parte, de la implementación técnica y la capacidad de los operadores para filtrar de forma eficiente los intentos de contacto sospechosos.
