La risa nos aporta una sensación de bienestar y de relajación, a la vez que nos proporciona un estado de ánimo positivo, debido a que cuando nos reímos, liberamos ciertas sustancias bioquímicas, entre otras endorfinas, dopamina y adrenalina.
En los últimos años, se empezó a describir y a demostrar el efecto beneficioso de la risa en la salud de las personas. “Si se quiere, estos efectos se pueden dividir en dos tipos: a corto y largo plazo”, señaló el doctor Ezequiel Germano, médico de guardia del Hospital Universitario Austral, quien añadió: “A corto plazo, mejora el humor, hace que las tensiones se disipen y, gracias a la liberación de endorfinas, ayuda a la relajación muscular. Además, mejora la oxigenación de la sangre, lo que genera menor carga de trabajo para el corazón y los pulmones”.
“Esto no es menor, en especial cuando un paciente está esperando el resultado de un estudio y puede haber taquicardia y nerviosismo. Desde el punto de vista médico, crear un clima más distendido e intentar que el paciente ría hace que el clima sea más ameno y en ocasiones incluso colabora a -por ejemplo- bajar la presión arterial”, dijo, tras lo cual explicó: “Se ha visto que, en el largo plazo, mantener un buen sentido del humor y reírse ayuda a mejorar el sistema inmune y disminuye el uso de analgésicos, ya que mejora la percepción del dolor”.
Los beneficios de la risa
Los grandes beneficios de la risa para la salud física y mental, según la licenciada Paula Castro, psicóloga del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Austral, son:
- Facilita el diálogo y el entendimiento. “Hay que buscar situaciones que nos saquen una sonrisa diariamente, aunque no sean grandes cosas. El humor siempre hace que todo parezca más amigable. En prácticas como el yoga, por ejemplo, se realizan ejercicios de risa grupal que disminuyen notablemente el estrés. Además, la risa es contagiosa y, al hacer que otros se rían, ayuda y hace expansiva la sensación de bienestar que el buen humor genera. Lo vemos en la cara de nuestros pacientes: cómo un momento de risa transforma un ambiente tenso facilitando el diálogo y el entendimiento entre las personas”, dijo.
- Alivio del dolor. La psicóloga indicó que, cuando nos reímos, liberamos endorfinas, que son sustancias naturales que segrega el cerebro y que ayudan al alivio del dolor. Las endorfinas tienen un efecto analgésico y aportan sensaciones emocionales placenteras.
- Disminución del estrés. El cuerpo se relaja y liberamos tensiones. Entonces, podemos pensar mejor, desde otra perspectiva y encontrar soluciones más creativas y funcionales a nuestras preocupaciones, expresó Castro.
- Ayuda a la sociabilización y a estrechar lazos. La risa mejora la interacción con los demás, ya que genera espontaneidad, empatía, confianza y bienestar. Cada vez que nos reímos con un amigo, pareja, ser querido u otra persona, generamos lazos más fuertes. Las relaciones afectivas se construyen con experiencias emocionales compartidas, y las experiencias más alegres y divertidas, suelen ser muy importantes en un vínculo.
- Prolonga la sensación de felicidad. “La risa está muy ligada a la alegría. Cuando uno se ríe, experimenta una sensación de alegría que suele permanecer en el cuerpo por un rato. Es muy común que después de reírnos a carcajadas, nos quede la sonrisa dibujada en el rostro, a pesar de que el episodio divertido haya terminado. También es frecuente que una risa dispare nuevas carcajadas, ligadas a la misma situación, por el solo hecho de recordar el motivo que disparó la risa”, dijo.
- Contagia la sensación de bienestar. Reírse es contagioso. Por lo general, cuando escuchamos risas, nuestro cerebro se activa y se prepara para entrar en ese humor. La risa es atractiva; une, convoca, hace que queramos participar, manifestó Castro.
- Ayuda a enfrentar los desafíos de la vida. El humor es una gran herramienta para enfrentar la vida. Nos permite resolver conflictos interpersonales de una forma inteligente. A la vez, cuando aplicamos humor y nos reímos de nosotros mismos, desdramatizamos problemas y nos volvemos más flexibles y resilientes. En el marco de la psicoterapia, la utilización del humor en el proceso terapéutico es una herramienta muy poderosa que ayuda a aliviar tensión y ansiedad. También permite afianzar el vínculo terapéutico entre paciente y terapeuta y, a la vez, nos puede brindar una perspectiva más positiva a problemas difíciles de abordar, colaborando en la resolución de los mismos.
Ejercitar la risa
La risa debería ser parte de nuestra rutina diaria: nuestro cuerpo y mente mejoran cuando nos reímos. Es una medicina natural contra el estrés y la falta de ánimo. Sabiendo que reírse tiene tantos beneficios, podríamos intentar agregar un poco de risa a nuestras vidas, explicó la psicóloga.
Así como nos esforzamos en generar y mantener ciertos hábitos, la risa -a fuerza de repetición- también puede ser un hábito a instalar en nuestra caja de herramientas personales. La alegría se ejercita y la risa promueve ese sentimiento. Practiquemos ser alegres, que no significa sonreír todo el tiempo, sino elegir la actitud con la que enfrentamos el día a día, ejercitando la gratitud, la amabilidad, la empatía y mantener el ánimo.