Un momento cargado de tensión y dramatismo se vivió el último viernes en un colegio secundario de la localidad bonaerense de Virrey del Pino, cuando el padre de un chico de 15 años que había sido asesinado a puñaladas días atrás fue a buscar personalmente a uno de los acusados del crimen para hacer justicia por mano propia.
El protagonista del violento episodio fue el papá de Agustín Di Prinzio, al enterarse de que uno de los presuntos involucrados en el homicidio de su hijo asistía a clases en la Escuela de Educación Media Nº 15.
El hombre, acompañado por amigos y familiares, se dirigió armado al establecimiento en busca del adolescente de 17 años, pero las autoridades del colegio, al advertir la situación, dieron aviso a la policía y un grupo de efectivos de la Comisaría Segunda se acercó al lugar justo a tiempo para evitar que lograra su objetivo.
Sin embargo, los allegados al chico asesinado a fines de enero no desistieron rápidamente de sus intenciones y se enfrentaron a la policía. Incluso, arrojaron una sustancia inflamable sobre el capot de uno de los patrulleros y lo incendiaron.
Finalmente, los agentes hicieron varias detonaciones de postas de goma para controlar la situación y detuvieron al padre de Di Prinzio por los incidentes.
El crimen de Agustín Di Prinzio
Agustín, de 15 años, fue asesinado el 30 de enero pasado en el kilómetro 40 de la Ruta 3, a una cuadra de la Escuela Media Nº 15.
En ese lugar lo interceptó un grupo de jóvenes con el que había mantenido una discusión y lo atacaron a puñaladas en el medio de la calle.
Si bien el presunto autor material del crimen fue detenido en la zona apenas unas horas después del hecho, la familia de la víctima cuestionó desde ese momento que no corrieran con la misma suerte el resto de los integrantes de la patota que mató a Agustín, por ser menores de edad.
