Una de los estafas más sofisticadas alertadas por las autoridades cibernéticas es el spoofing telefónico, que emerge como una amenaza insidiosa. Esta modalidad de estafa usa tecnologías de suplantación de identidad para que las llamadas entrantes aparenten provenir de entidades legítimas, como bancos o instituciones gubernamentales.
Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (Incibe), a través de herramientas tecnológicas avanzadas, el número o nombre que aparece en la pantalla del teléfono coincide con el de una organización confiable, lo que induce a los usuarios a bajar la guardia.
Al ganarse la confianza de las víctimas, los estafadores logran que estas compartan información crítica como contraseñas, datos bancarios o códigos de verificación, con consecuencias que pueden llegar a ser devastadoras, tanto en lo económico como en lo personal.
Cómo engañan y roban información a través de una llamada telefónica

El spoofing telefónico se basa en una suplantación técnica que permite modificar el número desde el cual se realiza la llamada. La víctima recibe una comunicación que, a simple vista, parece legítima: puede mostrarse como el número de atención al cliente de su banco o de una empresa de servicios.
Una vez establecida la comunicación, los estafadores se presentan con nombres, cargos y datos plausibles, lo que refuerza la sensación de autenticidad. Bajo la excusa de verificar movimientos sospechosos, actualizar datos o prevenir un supuesto fraude, solicitan información confidencial.
En realidad, se trata de una operación fraudulenta cuidadosamente planeada para obtener acceso a cuentas bancarias y datos personales.
Qué riesgos respresenta para las víctimas este fraude telefónico

Las consecuencias del spoofing telefónico son múltiples y pueden extenderse durante meses o incluso años. Los ciberdelincuentes suelen utilizar los datos robados para acceder a cuentas bancarias, efectuar transferencias o realizar compras sin autorización.
Pero los perjuicios no terminan allí. En muchos casos, las víctimas sufren la suplantación de su identidad, lo que puede derivar en la apertura de créditos fraudulentos, compromisos legales y la aparición de antecedentes financieros negativos. La magnitud del daño no solo es económica, sino emocional y reputacional.
Cómo identificar que una llamada del banco es falsa
Una de las principales herramientas de defensa es la sospecha razonable. Ninguna entidad bancaria legítima solicita por teléfono claves, contraseñas o códigos de seguridad enviados por SMS. Si durante una llamada se pide este tipo de datos, lo más probable es que se trate de una estafa.

Asimismo, existen ciertos patrones que deben despertar alertas: insistencia en actuar con urgencia, presión emocional, lenguaje alarmante o contradicciones en el discurso del interlocutor. Aunque los estafadores suelen manejar argumentos sólidos, cualquier inconsistencia puede ser clave para detectar la farsa.
Qué hacer si se recibe una llamada telefónica sospechosa
Ante la menor duda, la medida más segura es cortar la llamada y contactar directamente a la entidad que supuestamente intentó comunicarse. Utilizar los canales oficiales, como el número que figura en la página web del banco o en la parte posterior de la tarjeta, es fundamental para verificar la veracidad del contacto.

Además, conviene guardar registros de la comunicación sospechosa, anotar el número desde el cual se recibió la llamada y presentar una denuncia ante las autoridades correspondientes. En algunos casos, actuar con rapidez puede evitar que se concreten transacciones fraudulentas.
Cómo prevenir este tipo de estafas telefónicas en el futuro
La prevención pasa por la información. Conocer los métodos que utilizan los ciberdelincuentes permite adoptar una actitud crítica frente a cualquier comunicación que solicite datos sensibles. También, es crucial activar sistemas de verificación en dos pasos en las cuentas bancarias y evitar compartir información personal por teléfono.
Los expertos sugieren mantener actualizados los sistemas de seguridad de los dispositivos móviles, así como utilizar apps que alertan sobre números de teléfono sospechosos. Asimismo, compartir estos conocimientos con familiares y personas mayores es clave, porque suelen ser blanco frecuente de este tipo de delitos.
