Semana histórica: Milei se encaminó a conseguir una parte de su ley Bases después de medio año de desaciertos y errores estratégicos. Nunca un gobierno tarda tanto en obtener su primera ley. Pero el miércoles pasado, sucedió también algo tan importante para Milei como el paso clave que dio en el Senado para conseguir la ley que podría destrabar su mandato: el presidente libertario consiguió sus propias “14 toneladas de piedras”.
En el justo momento en el que la aprobación a su gestión empezaba a entrar en terreno negativo, las violentas protestas frente al Congreso permitieron revivir ese instante crucial y a la vez traumático de diciembre de 2017 en el que los manifestantes -algunos de aquellos activistas se volvieron a mostrar la semana pasada- arrojaban piedras de la propia Plaza de los dos Congresos contra la policía.
Todo es historia
El presidente Mauricio Macri estaba consiguiendo en ese momento en el Senado la sanción definitiva a una modesta reforma previsional. Acababa de triunfar en las elecciones de medio término ampliando su participación en el Parlamento. La turba de aliados kirchneristas y trotskistas y sus piedras contra una policía que no hacía otra cosa que retroceder enfurecía a los televidentes.
Ya las encuestas de aquellos días empezaban a insinuar el cambio que se empezaba a gestar en la opinión pública argentina y que los asesores comunicacionales de Macri no advertían: a nivel nacional, el 70 por ciento reclamaba orden y mano dura. La misma encuesta en la Ciudad de Buenos Aires mostraba 80 por ciento de aprobación a la represión de la protesta violenta.
El ojo entrenado de la mayoría de los argentinos ya identificaba esa “protesta social” como una puesta en escena totalmente artificial y armada -además de antidemocrática- que buscaba desconocer el voto que acaban de emitir.
La respuesta del expresidente Macri no pudo haber sido más desatinada: ante las ya míticas 14 toneladas de piedras que pesaron al día siguiente las autoridades de la ciudad de Buenos Aires, el ingeniero decidió paralizar su gobierno y archivar las modestas reformas que se había propuesto para la segunda parte de su mandato.
El electorado le pasó la factura en las elecciones presidenciales de 2019 reeligiendo al kirchnerismo en una supuesta versión “light”.
La misma historia con distinto final
De no ser que el gobierno de Javier Milei demostró poca eficacia en la gestión hasta para repartir alimentos a punto de vencer, ya estarían pululando en las redes sociales teorías “conspiranoicas” denunciando que todo fue armado por la Casa Rosada para mejorar la imagen de Milei.
Pero no hizo falta. Un sondeo a un panel de 74 expertos de comunicación política y empresaria organizado por la revista Imagen indica que la tres cuarta parte de esos profesionales considera que las manifestaciones violentas frente al Congreso y su “déjà vu” de las 14 toneladas de piedras serán positivas para la imagen y la futura gestión de Milei.
Es que el recuerdo para el votante medio de las 14 toneladas llegaron con el “timing” exacto para esa instancia clave parlamentaria, pero también en momentos en que los errores de gestión en seis meses de mandato y la falta de resultados de su gobierno se empezaban a sentir en la opinión pública y estaban llevando a su propio electorado al terreno de la duda. La última encuesta de la Universidad de San Andrés, de mayo, estaba mostrando cómo la curva de aprobación de gestión se cruzaba con la de desaprobación: 50 por ciento de rechazo contra 48 de aprobación.
El profesor Diego Reynoso, al frente del Laboratorio de Opinión Pública de esa universidad y autor de la encuesta, advierte además que la aprobación de Milei se estaba volviendo más “blanda” que el rechazo: de los que lo desaprueban, el 80 por ciento lo desaprueba mucho, en tanto que de los que aprueban a Milei, solo el 40 por ciento lo aprueba mucho.
¿Logrará la edición 2024 de las 14 toneladas de piedras llevar más votantes de Milei a saltar del “apruebo algo” al “apruebo mucho”? ¿Podrán pasarse incluso algunos de los que desaprueban algo al “apruebo algo”?
Un gol en contra
El propio kirchnerismo se encargó de recordarle a la parte más “soft” del 56 por ciento de electores que en el balotaje votaron por Milei y contra el peronista Sergio Massa que debían mantener la “paciencia social”. Parecían querer recordarles a los que están perdiendo la paciencia con los desatinos de gestión del gobierno de Milei: “Cuidado que, si no, volvemos nosotros”.
Los organizadores de los tirapiedras deben estar agarrándose la cabeza ante este gol en contra que empata el partido sobre el final del primer tiempo.
Un dato más a favor de Milei fue la firmeza de la acción policial: las fuerzas federales comandadas por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y la policía local del jefe de Gobierno porteño Jorge Macri decidieron no repetir los errores de diciembre de 2017. Se los vio actuando como las fuerzas de seguridad de cualquier otro país, cuando la “regla argentina” siempre fue que los violentos debían tener prioridad y no se los podía “reprimir”.
Se vio por primera vez actuar a camiones hidrantes en ese tipo de protestas: Buenos Aires se empezaba a parecer a cualquier otra capital del mundo.
Uno de los panelistas explicó que “a diferencia del gobierno de Macri, la batalla cultural para el gobierno de Milei no solo se libra en el campo discursivo: también en el espacio público o “la calle”.
¿Le alcanza a Milei? Otro panelista escribió en esa encuesta online: “Por ahora, ese episodio de violencia le aporta favorablemente, pero se deben ver cambios pronto antes de que el humor político deje de acompañarlo”.