Mientras el gobierno provincial se apresta a llegar al primer año de gestión pocas cosas hay tan claras en el comando como la interna feroz tanto en el gabinete como en el radicalismo. El que algunos allegados a la conducción califican como “caos” se profundizó en el último mes y se potenció a partir de la fuerte derrota legislativa del gobernador Leandro Zdero con su proyecto de endeudamiento de 150 millones de dólares. Ese fue el punto de inflexión que destruyó los diques de contención que todavía permanecían en pie.
Al otro día ya hubo pases de factura, palabras por la espalda y se aceleraron las operaciones para “ir” a algunos funcionarios y dejar en offside a otros. Ni hablar del ruidoso silencio del segundo intendente más importante de la provincia: Bruno Cipolini. Así las cosas, desde aquél traspié político del que el gobierno no puede recuperarse todavía hay heridas que continúan abiertas puertas adentro.
Lo más evidente en la crisis de gestión se tradujo en el apartamiento -decidido directamente por Zdero- de dos ministros: los echó a Carina Botteri Disoff de Desarrollo Humano y a Hernán Halavacs de Producción. Ambos pagaron el pato de la boda y quedaron muy expuestos de cara a la opinión pública. El mismo día que anunció el recambio, el gobernador adelantó que se trataba de las primeras de muchas variantes que haría.
Esta semana comenzó a “cumplir” y ya hubo movimientos en el Ministerio de Salud (entraron dos subsecretarios bajo la órbita de un ministro que tambalea en el cargo) y se cree que son inminentes otros arribos al gabinete. Fuentes con acceso a despachos importantes en Casa de Gobierno hablan de al menos dos ministros más con los días contados: uno maneja las finanzas, la otra, la relación con los docentes.
A todo esto hay que sumar un caso que podría ser insólito de darse: Zdero no sabe cómo resolver la banca que debió dejar “libre” Víctor Zimmermann en el Senado de la Nación para convertirse en titular de la cartera productiva en reemplazo del imputado Halavacs al punto que el oriundo de Presidencia Roca no descarta volver a ser legislador ni bien encamine el ministerio del séptimo piso.
La interna se mete en las bancas
Mientras Zimmermann permanecía en Brasil donde participó de una cumbre agrícola, en el Chaco y en Buenos Aires lo que menos existían eran certezas sobre quién se hará cargo del lugar en la Cámara alta. Ni bien se conoció que Zdero le pidió que se haga cargo de Producción, desde el propio radicalismo oficialista operaron en los medios diciendo que era un hecho que el escaño sería para Ayrton Urlich, actual concejal de Quitilipi y referente del rozismo en la interna.
Sin embargo, a las pocas horas saltaron dos problemas propios de la feroz disputa intestina del partido y la realidad política: por un lado Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, reclamó la banca para Alicia Terada, segunda en la lista de 2019 detrás de Zimermmann; por otro, se confirmó que el flamante ministro había pedido una licencia especial en el Senado y no había renunciado, como también se intentó deslizar en algunos medios de prensa afines al gobierno.
Para sumar más confusión en una reciente entrevista, Urlich dijo que no sabe si asumirá en lugar del ministro/senador y dejó trascender que es probable que en un plazo de 30 días (cuando venza la licencia que pidió), Zimmermann vuelva al Senado. Ayrton fue demasiado honesto intelectualmente al respecto: aseguró que por las dudas tampoco renunció a su banca en el Concejo de Quitilipi. Así están las cosas en el radicalismo.
Otro problema por un cargo es el que la UCR tiene en Resistencia: Carla Cantero dimitió a su escaño en el legislativo local para asumir como subsecretaria en el gobierno de Zdero y el lugar es disputado por el dirigente barrial Matías Chávez que ya judicializó el tema pese a que rápidamente hicieron asumir a Alejandra Acuña.
Cerca del gobernador lamentaban esta semana la situación, que no hace más que seguir poniendo el foco en el municipio de Resistencia que está en la mira de la opinión pública luego de conocerse que los funcionarios del intendente Roy Nikisch cobran un bono de entre 650 mil y 750 mil pesos mensuales mientras los trabajadores no llegan a esa cifra ni con dos meses de sueldo.
Caras largas y el serrucho en la mano
El malestar en el Ministerio de Desarrollo Humano era palpable la semana pasada cuando de un plumazo los trece contratados de gabinete que había “traído” Botteri Disoff volaron con un decreto de Zdero y no seguirán con la nueva ministra Gabriela Galarza.
Poco se sabe del futuro de al menos cuatro de las subsecretarías de esa cartera: Planificación Estratégica y Financiera (ya se fue José Luis Picaluk) y Economía y Políticas Sociales (echaron a Carina Batalla) ya cambiaron y se espera lo mismo para otras dos áreas. En una oficina asumirá sí o sí la exconcejal Canteros.
Los cambios en Salud sí se hicieron oficiales y con bombos y platillos el gobierno presentó este miércoles a Sandra Sibilla como reemplazante de Carlos Codutti en Regulación y Fiscalización; y a Edgardo Reniero en lugar de María Luisa Bonaldi en Coordinación Presupuestaria y Financiera. Para la foto con las caras nuevas posó el ministro Sergio Rodríguez de quien se desconoce si llegará a fin de año como funcionario.
El panorama interno en el gobierno se completa con la silenciosa pero abierta puja entre dos secretarios y espadachines de Zdero: Marcos Resico contra Livio Gutiérrez. Es que el titular de Asuntos Estratégicos es mirado de reojo desde el minuto uno por el coordinador de Gabinete. “No se tragan, no hay caso”, repite alguien que obligadamente tiene que hacer equilibrio entre una y otra oficina.
Las diferencias escalaron con el estrepitoso fracaso político que significó la caída del crédito de los famosos 150 palos verdes que Zdero quería para este año. “Se echan la culpa mutuamente”, agregó la misma fuente. Y pensar que recién van diez meses de gestión…
eschaco
