Jesica Pullo creció en La Salada, estudió Diseño de Indumentaria en la UBA y fundó BIOTICO, una firma de triple impacto que produce carteras con sachets de leche e incluye a comunidades con capacidades intelectuales diferentes.
Dos mundos que a simple vista parecen opuestos, como lo son los basurales y el humo de la quema frente la moda, fueron en simultáneo parte de la infancia de Jessica Pullo, que logró hacer coexistir estos universos y transformar esta unión en BIOTICO, una marca sustentable de carteras hechas con materiales reciclados.
Una mirada crítica sobre la moda
La diseñadora graduada de la UBA creció en La Salada, en este entorno en el que los residuos textiles terminaban en la ribera del Riachuelo, para luego ser quemados al costado del camino donde pasaba con el colectivo con el que iba al colegio y luego a la Universidad.
“Esto me dio una perspectiva personal y crítica sobre la industria, y me hizo consciente del impacto que genera el descarte sin responsabilidad, ya que sufrí las consecuencias en primera persona”, dice Pullo. “Era un contexto marcado por el impacto de los residuos en el ambiente y en las comunidades”, agrega la diseñadora, que se crió con la máquina de coser de su abuela y las historias de su mamá sobre la ropa que le hacía.
“La cultura del hazlo tu mismo que había en mi casa me llevó a tener el corazón emprendedor, pero en la universidad desarrollé una visión más crítica sobre el impacto de esta industria en el ambiente y la sociedad. Fue allí donde comprendí que no quería formar parte de un sistema extractivista y opresivo, sino generar una alternativa diferente”.
En 2014, con estas premisas e ideologías como base, nació BIOTICO, un proyecto de tesis en la cátedra Moragues de la FADU. Pero lo que empezó siendo un trabajo para la facultad fue evolucionando en una marca única de art couture sustentable, con un enfoque fuerte en la inclusión social.
“Para construirla, trabajé junto a distintas organizaciones: primero en la Fundación Marieta Barrientos, donde di un taller para mujeres de la cooperativa en Los Piletones, luego en Frida, un centro de apoyo para mujeres y personas trans en situación de calle, ubicado en Parque Patricios”, rememora la emprendedora.
Finalmente, Pullo encontró un espacio de colaboración con una asociación civil formada por padres de personas con discapacidad intelectual, que la apoyaron en la formación y el desarrollo de habilidades en esta comunidad. “La idea surgió al buscar ser un proyecto de triple impacto: no se trataba solo de crear ecoproductos, sino de construir un espacio de inclusión”, señala sobre lo que es uno de los pilares.
Productos ecológicos e impacto social
Con el tiempo, estos talleres se han convertido en una fuente de impacto social profundo, mejorando la motricidad y la atención en los participantes. “Actualmente, tenemos lista de espera de otras instituciones interesadas en recibir la formación de BIOTICO, y nuestra meta es poder tener los recursos para que estas instituciones se conviertan en proveedores de la marca”, cuenta Pullo.
Además, es un proyecto que involucra a toda la comunidad. Los materiales, principalmente paquetes de snacks y sachets de leche, los obtienen de una cadena de recolección colaborativa del AMBA, provenientes de una cadena de puntos verdes móviles en la ciudad de Buenos Aires y los ecopuntos de Florencio Varela a donde los vecinos llevan sus reciclables, generando un circuito sustentable y comunitario.
El mensaje principal de BIOTICO es la convivencia. “Quiero que la sociedad deje de pensar en “incluir” y empiece a convivir plenamente con las personas con discapacidad intelectual. Además, buscamos crear conciencia sobre el valor de los plásticos y otros materiales de larga duración que se usan para el packaging de productos de consumo rápido”.
Así, a través de sus piezas, el equipo de BIOTICO busca que la gente repiense el valor de los residuos y el impacto de sus decisiones de consumo, para que no haya más niños qué respiren el humo de la quema yendo al colegio como le pasó a Jesica.
A pesar de los desafíos que implica producir de manera sustentable, BIOTICO persiste en su misión y se agranda con paso firme, con la idea de exportar sus productos y con próximas incorporaciones en importantes puntos de venta de la Ciudad. “Nuestro objetivo es seguir creciendo, siempre fieles a nuestra esencia y nuestros valores, y demostrar que una alta costura sustentable y de triple impacto es posible en Argentina y en el mundo”.